In order to control clinical disease due to PRRSV infection -either with or without the combination of vaccines against PRRSV- it is essential to reduce virus introduction and circulation inside the herd. This can only be achieved through strict external and internal biosecurity protocols. For any herd (PRRSV positive or not), the introduction of new PRRSV strains has to be avoided.
Routes of PRRSV transmission and introduction are well known and have been summarized amongst others by Cho and Dee 2006 (Cho and Dee, 2006). Biosecurity protocols to prohibit PRRSV introduction are fairly well understood and often in place.
In contrast, the control of PRRSV circulation inside herds is often more difficult to accomplish. Critical animal groups are newly introduced animals or animals without protective immunity, e.g. gilts or weaned piglets after maternal immunity waned.
Often, those animal groups keep up virus circulation inside the herd. The strict separation of those animal groups from other compartments of the farm by means of pig flow, separate personnel, clothing and boots, fomites, etc. can prohibit internal virus transmission.
For gilts it is important to develop PRRSV immunity before first insemination since major reproductive problems due to PRRSV occur in early and late gestation. Several protocols of gilt acclimation and adaptation to resident PRRSV strains like for example contact to faeces or oral fluids of sows or piglets have been described and to my knowledge, no single best solution does exist.
Therefore, gilt introduction remains a problem in many farms. Also, it has to be kept in mind that although gilts might have been infected with the PRRSV field isolate endemic in a farm early on and might not shed PRRSV at the time of introduction into the sow herd, there is still the chance of persistent infection within lymphatic tissues of gilts which might lead to intrauterine PRRSV transmission to foetuses and the birth of PRRSV positive piglets.
In order to prevent in-herd PRRSV transmission starting in suckling piglets, concepts of McRebel should still be followed which aim to reduce and delay PRRSV transmission and therefore reduce the impact of PRRS (McCaw, 1995).
References:
Cho, J.G., Dee, S.A., 2006. Porcine reproductive and respiratory syndrome virus. Theriogenology 66, 655-662.
McCaw, M.B. 1995. MCREBEL PRRS: management procedures for PRRS control in large herd nurseries. In: AD Leman Swine Conference, St. Paul Minneosta, 161-162.
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Los problemas reproductivos y respiratorios provocados por el PRRSV, ya sea solo o en combinación con Circovirus, App, Pasteurella, etc., suelen verse a menudo en nuestra región, en las regiones endémicas al PRRS. La vacunación contra el PRRSV no está permitida. Hemos probado varias estrategias, incluyendo medidas de bioseguridad y la despoblación total, pero los problemas persisten. Los mejores resultados se obtienen con el cierre de la explotación, pese a no tratarse de una solución definitiva. ¿Qué aconsejarías para mejorar la solución?
Para controlar la enfermedad clínica debida a la infección por el PRRSV (con o sin uso permitido de vacunas frente el PRRSV) resulta esencial reducir la introducción de nuevas cepas de virus, así como la circulación del virus por la explotación. Esto sólo puede conseguirse mediante unos estrictos protocolos de bioseguridad externa e interna. En cualquier explotación (ya sea positiva al PRRSV o no) debe evitarse la introducción de nuevas cepas del PRRSV.
Las rutas de introducción y trasmisión del PRRSV son bien conocidas y han sido resumidas por, entre otros, Cho y Dee (2006). Los protocolos de bioseguridad para evitar la introducción se comprenden bastante bien y suelen estar implementados.
Por otro lado, el control de la circulación del PRRSV en la explotación suele ser más difícil de conseguir. Los grupos de animales críticos son aquellos recién introducidos o aquellos sin inmunidad protectora (p. ej., primerizas o lechones destetados después de la desaparición de la inmunidad materna).
Frecuentemente, estos grupos de animales mantienen la circulación del virus en la explotación. La separación estricta de estos grupos de animales del resto mediante el flujo unidireccional de los cerdos, personal y ropa (mono y botas) exclusivo para cada área, control de fómites, etc. puede evitar la transmisión interna del virus.
En el caso de la reposición, es importante desarrollar inmunidad contra el PRRSV antes de la primera inseminación, ya que los principales problemas reproductivos debidos al PRRSV se dan al principio y al final de la gestación. Se han descrito varios protocolos para la aclimatación y adaptación de las primerizas a las cepas de PRRSV propias de la explotación, como por ejemplo el contacto con heces o fluidos orales, y en mi opinión no existe una única solución que sea la mejor.
Así pues, la introducción de las primerizas sigue suponiendo un problema en muchas explotaciones. Además, debe recordarse que aunque las primerizas puedan haberse infectado de la cepa de PRRSV propia de la explotación desde el primer momento, y aunque no excreten virus en el momento de su introducción en el hato reproductor, sigue existiendo la posibilidad de una infección persistente en los tejidos linfáticos de las primerizas que podría dar lugar a la transmisión intrauterina del PRRSV a los fetos y al nacimiento de lechones virémicos al PRRSV.
Para prevenir que la transmisión del PRRSV se inicie y propague desde las salas de partos, deberían aplicarse estrictamente las medidas McRebel con el fin de reducir y retrasar la transmisión del PRRSV y, por lo tanto, reducir el impacto del PRRS en la explotación. (McCaw, 1995).
Referencias:
Cho, J.G., Dee, S.A., 2006. “Porcine reproductive and respiratory syndrome virus.” Theriogenology 66, 655-662.
McCaw, M.B. 1995. “MCREBEL PRRS: management procedures for PRRS control in large herd
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University of Veterinary Medicine, Vienna