¿Valorar la seroconversión de todos los animales de una granja es un método que se utilice hoy en día en granjas de multiplicación y comerciales en España/Europa? En caso positivo, ¿En qué porcentaje de estas valoraciones se utiliza PCR y ELISA? ¿Se utiliza siempre el gold standard o hay otras posibilidades comerciales disponibles? ¿A que edades debería coger muestras y cada cuánto tiempo se debe mantener esta práctica para tener una idea clara de qué está sucediendo en la granja?
La seroconversión a ELISA no es el mejor método para comprobar si una explotación posee un estado inmunitario homogéneo que evite recirculaciones internas del virus PRRS. Tras una infección no todos los animales desarrollan una respuesta inmune que, de un resultado positivo a ELISA, dependiendo de los casos puede haber siempre un porcentaje de animales que no respondan y que permanezcan negativos, sin que ello implique que no se han infectado.
Por otra parte, la duración de los anticuerpos detectables con la prueba de ELISA también posee una variabilidad individual elevada, sin que haya una correlación con la duración de la protección real, lo que también puede elevar el porcentaje de negatividad cuando se lleva a cabo un control serológico de una población.
Por lo general, el uso que se da a la prueba de ELISA es el de comprobar el estado sanitario de los reproductores y así poder calificar la explotación de negativa o positiva lo que es muy importante en el caso de multiplicadores que vendan animales para vida. También se utiliza para comprobar si primerizas negativas al virus en origen, tras un período de adaptación se han contagiado. En este caso se utiliza en combinación con la prueba de PCR pues lo que se buscará es que no sean virémicas (PCR negativas) pero que haya habido contacto (ELISA positivas). Cuando se usa el ELISA con esta finalidad no hay que pretender tener el 100% de la reposición positiva, pues ya hemos comentado que puede haber variaciones en el porcentaje de cerdos que desarrollen una reacción positiva.
El mejor método para comprobar la estabilidad de una granja positiva es llevar a cabo un control de los lechones al nacimiento y/o al destete, según sea la situación. La presencia de virus en lechones recién nacidos se comprueba mediante la prueba de PCR bien realizada sobre tejidos de lenguas de lechones muertos o nacidos muertos o bien sobre líquidos de procesado de lechones (comúnmente testículos).
La positividad y sobre todo el nivel de positividad (la carga vírica expresada como Ct) nos indicará lo estable que es la granja. Así por ejemplo cuando el valor Ct se eleva sobre 27 los resultados que se obtienen en la fase de post-destete mejoran en términos de mortalidad y valores superiores al 34 devolverían la granja a obtener resultados similares a una granja negativa (Trevisan, G. et al. 2020).
Lo ideal sería realizar este tipo de controles mensualmente, si bien en determinadas situaciones podría ser interesante aumentar o disminuir la frecuencia. Por ejemplo, aumentarla cuando estamos en proceso de estabilización y reducirla en casos en que la estabilidad se ha alcanzado y no hay elementos que hagan sospechar de un retroceso. En cuanto al número de muestras puesto que se procesan como “pool” lo ideal es tener una representación del máximo número de camadas.
Si desea saber más sobre las herramientas de diagnóstico del PRRS, lea el siguiente capítulo: Diagnóstico y monitorización
1. Trevisan G, et al. Relationship between weekly Porcine Reproductive and Respiratory Syndrome virus exposure in breeding herds and subsequent viral shedding and mortality in the nursery. Swine Health and Production 2020; 28(5): 244-253.
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