Se han propuesto varias hipótesis para explicar este fenómeno:
- Deficiencia o incremento de algunas citoquinas:
La deficiencia en algunas citoquinas como el IFN-α o el TNF-α puede afectar el desarrollo de la respuesta Th1. Por otro lado, la inducción de la producción de IL-10 podría afectar negativamente las respuestas celulares. - Interferencia en la correcta presentación del antígeno y en la activación de los linfocitos T:
La regulación negativa de ciertas citoquinas o de moléculas de superficie inmunológicamente relevantes durante la presentación del antígeno puede afectar al desarrollo de una respuesta celular eficaz. - Presencia de linfocitos T reguladores (Treg):
Como se comentó anteriormente, la función principal de los Treg es regular las respuestas inmunitarias. Se ha demostrado que algunas especies virales logran evadir la inmunidad del hospedador promoviendo la función de los Treg y/o la secreción de citoquinas inmunosopresoras como la IL-10 y el TGF-β.
Tras una infección de PRRSV2, se ha observado de forma consistente la presencia de estas células en tejidos linfoides. En este caso, su presencia se ha relacionado con elevadas producciones de TGF-β.
A pesar de ello, no existen evidencias claras sobre una posible correlación entre el desarrollo de las células Treg y la duración de la viremia. Parece ser que la proteína inductora de la activación de Treg es la proteína N. Por otro lado, podrían existir diferencias entre los aislados en la capacidad de generar Treg. - Diversidad genética:
De forma similar a los AN, la creación continua de mutantes que escapan de la inmunidad podría impedir el correcto desarrollo de la inmunidad mediada por células.